Tras Doisneau, y Beaton, de nuevo la
Fundación Canal nos vuelve a regalar una magnifica muestra de uno de los
fotógrafos clásicos más representativos: el surrealista Man Ray. Desde el 31 de
enero y hasta el 21 de abril se puede
visitar la exposición “Man Ray. Objetos de ensueño”, cuyas obras
proceden de diversas colecciones privadas españolas y europeas, reunidas en
exclusiva para esta ocasión. La selección fotográfica y de objetos del artista
incluye más de un centenar de piezas, que fueron bautizadas por el poeta
francés Robert Ribemont-Dessaignes como “objetos de ensueño”, porque se sitúan
a medio camino entre los recuerdos, los sueños y los deseos.
Un aspecto de la exposición |
A lo largo de
seis secciones, la muestra recorre la obra del fotógrafo surrealista. Desde las
rayografias, los retratos, los maniquíes y sus “objetos imposibles", hasta las
“máquinas poéticas” producto de la relación y complicidad entre el artista y su
gran amigo Macel Duchamp.
Fotografía de la obra de Marcel Duchamp "The young man on a train" 1911. |
Rayograma |
"Electricité" 1931 |
Quizá las más características son sus obras abstractas. Los rayogramas o fotogramas eran imágenes obtenidas directamente en la ampliadora, pero sin la intervención de un negativo: colocaba diversos objetos sobre un papel fotográfico y al exponerlo, se producían unas siluetas inconfundibles, después imitadas hasta la saciedad.
Fruto de su faceta investigadora es la solarización, técnica descubierta parece que accidentalmente por la fotógrafa y fotoperiodista Lee Miller en su laboratorio mientras le ayudaba en el trabajo de cuarto oscuro. Algo le asustó cuando se estaban revelando unos negativos y encendió la luz, lo que produjo una sobreexposición y una inversión tonal parcial de las imágenes. El fortuito efecto, que fue atribuido a Man Ray durante muchos años, puede producir imágenes insólitas y de gran belleza, aunque después se estandarizó el procedimiento realizándolo, de forma controlada, durante el revelado de la copia en papel. Tras la inversión, las áreas oscuras se transforman en zonas de luz y a la inversa, apareciendo un borde definido entre las zonas contrastadas. La fotografía digital puede obtener efectos similares mediante el ajuste de las curvas de gamma en forma de “V” invertida y alterando los parámetros de opacidad, con capas de ajuste hasta obtener el resultado que se busca.
Siempre a la contra, en realidad fue fiel a los postulados dadaístas, buscando el absurdo y provocando el escandalo, para lo cual empleó el camino más corto y seguro: el erotismo.
«Despreocupado pero no indiferente», como le define su epitafio en el cementerio de Montparnasse.
Se puede y debe disfrutar de esta exposición hasta el 21 de abril en la Fundación Canal, C/Mateo Inurria,
2 en Madrid.