¿DE QUÉ
ESTÁN HECHOS LOS MÓVILES?
La
posible peligrosidad de estos dispositivos comienza en los materiales que los
componen.
“De los 83 elementos estables
(no radiactivos), al menos 70 de ellos se puede encontrar en los teléfonos
inteligentes. Eso es el 84% de todos los elementos estables.
Los metales son los que hacen
los teléfonos inteligentes tan “inteligentes”. Un teléfono inteligente promedio
puede contener hasta 62 tipos diferentes de metales. Un grupo bastante oscuro
de metales —metales de las tierras raras— los cuales juegan un papel vital.
Estos metales de tierras raras incluyen escandio e itrio, así como los
elementos 57-71, que son conocidos como los lantánidos, porque comienzan con el
elemento lantano”. (Rohring, Brian, 2015).
Pero, ¿Cómo se obtienen
esos “raros” y semipreciosos minerales? A costa de algo que hace girar la
cabeza a más de uno para no ver cosas que molestan, en nuestra limpia e
hipócrita sociedad occidental.
“Amnistía Internacional ha
recordado hoy la importancia en el conflicto africano de un mineral muy usado
en la fabricación de móviles y ordenadores: el coltán. Según esta organización,
éste material es parte del origen de una guerra en la que ya han muerto casi 5
millones de personas, más de 350 mujeres y niñas son violadas cada mes, hay
casi 2 millones de desplazados, y unos 7.000 niños y niñas combaten como
soldados.
Según los informes de la ONU y
de científicos y ONG’s que trabajan sobre el terreno, la minería del coltán
conlleva trabajo semiesclavo, en muchos casos de niños, que sufren problemas
sanitarios por la radiactividad asociada a esa minería, mafias militares que
dominan a varios países, la destrucción de Parques Nacionales y el daño a especies
amenazadas como gorilas y elefantes”. (Del Rio, Amanda. 2008).
IMÁGENES
ADICTIVAS
La democratización del
acceso a la imagen que comenzó con la Leica de 35mm, inventada por Oscar Barnak
en 1924, culminó a finales del siglo XX con las primeras cámaras digitales.
Cualquiera podía ya hacer una fotografía o grabar un vídeo con calidad
suficiente (no hablemos todavía del correcto uso del lenguaje audiovisual) para
ser mostrado.
“Piensa en cuadrado, Juega
con la simetría, Combina aplicaciones, No todo es filtros, Experimenta con
nuevos ángulos y puntos de vista, Comparte solo las mejores fotos”. (Escudero,
2014). Este consejo que se puede leer en uno de los numerosos blogs sobre
fotografía que encontramos en Internet, demuestra la ignorancia generalizada que
existe en esta materia, lo que ha dado lugar a la producción masiva de imágenes
inútiles que se realizan en todo el mundo cada segundo. El “selfie” perpetrado
a mansalva, puede acabar con la fotografía entendida como arte.
Pero las consecuencias
pueden ser de otra naturaleza, que podemos calificar incluso de perversa. El
Doctor J.A.Obeso* afirma:
“La cámara es omnipresente,
está en todas partes. Si alguien pega a otro o se tira del tejado siempre hay
quien lo está filmando, es parecido al revolver en el Oeste americano, es un “arma de captación masiva”
que todos llevamos y que, en último extremo, ha sido creada para capturar más
usuarios.
En el
terreno de la narrativa, la aparición de los modelos transmedia que ha traído
la digitalización, va a producir una interacción que aumentará la capacidad
adictiva, “el enganche” del espectador, dejando a la persona indefensa ante la
manipulación. Si se es capaz de lanzar una historia con ese nivel de
interacción, la información que se puede obtener del individuo es enorme y no
me extrañaría que una cantidad importante del presupuesto que algunas agencias
de alto impacto, como el Pentágono, dedican a estos temas este centrada en
estos aspectos a nivel consumidor, de
control de conductas “incorrectas” e
incluso de los votantes. Si el Pentágono ha gastado grandes sumas en investigar
temas como la telepatía o la predicción del futuro, es obvio que lo estará
haciendo en esto, que es algo real y tangible”. (Obeso, 2015)
Y, en cualquier caso, lo cierto es que muchos usuarios
están aplazando la experiencia personal al momento de revivir las imágenes
captadas, cosa que en la mayoría de los casos nunca llega a suceder: las fotos
del móvil se borran antes de llegar a verlas, así estas imágenes dejan de ser
recuerdos para convertirse en paradigma de lo efímero. (continuará)
.
*La entrevista con el Dr. Ángel Obeso (neurólogo e
investigador. Dirige el Hospital Puerta del Sur de Madrid) se realizó en el
marco del Proyecto de Investigación “El futuro de la Televisión”, dirigido por
el autor y financiado por la Universidad Francisco de Vitoria y el Banco
Santander).
No hay comentarios:
Publicar un comentario